Orillas infinitas me envuelven en su bruma fría... casi congela mis extremidades, pero la esencia del infinito me acuna al mediodía. Es el arte de viajar. De disfrutar esos instantes mágicos que depara nuestro fiel destino. Amigo cruel y sincero, guíame a esos horizontes intangibles del alma, sin anestecia, pero con ternura de abuela loca...
Y las hojitas secas tiritan bajo mis pies entumecidos entre el ambiente.
Comparto mis puntas florecidas y mis dedos alienados, entre risas y nubes de humo...
2 comentarios:
quiero viajar
lejos
lejos
qué duro que dios se transforme en nietzsche así como así
sin avisar
(sin entender)
cuchillo en mano
y mi sangre en el asfalto
beso
...la estamos espiando...
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